sábado, 10 de abril de 2010

Contar, contar

El domingo pasado tuve que ir al aeropuerto a depositar directamente un sobre muy urgente. Como otras veces que hice lo mismo, llevé a Julito para detenernos a mirar los aviones que despegan del Jorge Chávez.  A él le encantan ver los aviones, y los señala en el cielo incluso cuando mis miopes ojos ya no los ven.  Esta vez tuvimos suerte y vimos un avión enorme, de aquellos que vuelan a Europa.  Cuando regresamos su mamá le pregunta: ¿Cómo vuelan los aviones, hijito? Y Julito levanta la manito abierta y hace "shhhhhh".

Esta vez, sin embargo, fue diferente.  Primero, por poco no me dejan ingresar, porque en el lugar hay montacargas, camiones, grúas y otras cosas, y no puede estar un niño allí.  Yo protesté diciendo que era el cuarto domingo consecutivo que iba allí con mi hijo y nadie me dijo nada antes.  Me dejaron ingresar a condición que no dejara de tenerlo en brazos ni un minuto.  Igual, jamás soltaría a mi hijo en un lugar como ese.

La sorpresa mayúscula fue en la caja.  Pagué con un billete y me dieron cuatro monedas de vuelto.  Mientras firmaba la factura con la mano libre, Julito, mirando las monedas, y señalándolas con el dedo, dijo:

- Un, dosh, te, ato.

Quedé de una pieza, y la cajera se deshizo en elogios.  Julito ha aprendido a contar, luego supe que hasta cinco.  Y se ve la dedicación que Eve le da a nuestros hijos.  Julito también aprenderá a leer y escribir a los tres años, como su hermana, todo por obra de los juegos de su mamá.  Comencé a reír de gusto y le dije otra vez, uno, dos, tres, cuatro.  Pero la cajera también le pedía que cuente y se avergonzó.  No quiso más.  Y con eso me retiré.

Afuera vimos más aviones, pero eran todos pequeños.  Julito se arrulló porque ya tenía sueño.  Yo busqué un taxi y fuimos a casa.  Mañana no tengo nada que enviar, pero de todas formas iremos a ver aviones, esta vez los contaremos, ¿ya hijito?

No hay comentarios:

Publicar un comentario