lunes, 14 de septiembre de 2015

Inicio de una aventura

Ayer leía yo "Cantos de vida y esperanza" de Rubén Darío, y cuando Vale se acercó le recité algunos versos. Se quedó a mi lado. Llegamos a la "Letanía de nuestro señor Don Quijote", que le gustó mucho.

- Vale, ¿sabes quién es el Quijote?
- Sí, papá, es un caballero que se peleó con los molinos de viento.
- Ah, pero no sólo es eso. También es un idealista que nos lleva a un viaje por España y nos enseña costumbres, gentes, cosas interesantes.
- Mmmm.
- ¡Y fue escrita hace 410 años! ¿Te imaginas? Y hasta ahora da risa.
- ¿410 años? asuu....
- Yo conozco el inicio de memoria: "En un lugar de la Mancha..."
- ¿Lo leíste?
- Sí, mi amor, dos veces. Y justo la tengo acá...

Valentina se acomodó mejor a mi lado. Cerré el libro de Darío y abrí el de Cervantes en el lector.

- Está en castellano antiguo, si no entiendes algo, me dices y lo buscamos, ¿de acuerdo?
- De acuerdo.
- "En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor..."

Leímos los primeros tres capítulos: la pérdida del juicio del hidalgo, su primera salida y la aventura en la venta donde se armó caballero. Quise resumirlo al principio, pero Vale se negó en redondo: quiere leerlo todo, con las explicaciones y aclaraciones del caso, se entiende, que para eso estoy.

Hace tiempo no nos reíamos con un libro. A mi hija le encantó la historia y reía de muy buena gana con los disparates de don Quijote, con su celada de cartón, con su torpe manera de comer sin quitarse el yelmo, con la lluvia de piedras en la pila de la venta. Todo le pareció gracioso y bonito.

Siempre he querido que mi hija llegue a edad para leer los clásicos, y ayer llegó ese día. Le voy a leer y enseñar el Quijote, tal como le enseñé a querer los libros desde que era apenas una bebé. Y luego a Don Juan, a los Mosqueteros, al Conde de Montecristo, a Jean Valjean.., hay tantos.

 - Papá, no sabía que era tan gracioso -me dijo cuando puse fin a la lectura.
- Y lo mejor está por llegar, hija, ya vas a ver.

Sí, hija mía, ya vas a ver.

viernes, 4 de septiembre de 2015

Mujer

A Valentina le ha dado, a sus nueve años, por andar con el pelo suelto. Pero en la escuela no se lo permiten, así que a la salida se quita el lazo, o aquello que le sujeta el cabello.

Hace dos días, cuando lo hizo por primera vez, ocurrió este diálogo:

- Hijita, no te quites el colette...
- Me gusta el pelo suelto.
- Pero hija, una niña tiene que estar con el cabello atado.
- Tú lo has dicho, papá, una niña. Pero yo no soy una niña: soy una mujer.

¡Plop!

miércoles, 8 de abril de 2015

Temporada de exámenes


Mis adorados hijos están en los primeros exámenes del año. Valentina me cuenta:

- Papá, en todos mis exámenes me saqué veinte.
- Qué bueno hija, me alegro por eso -y le doy un beso en la mejilla-.
- Papá -nos interrumpe Julito-, yo en todos mis exámenes me saqué cero.
- Oh, estoy seguro que lo harás mejor en los demás exámenes, hijo, ven dame un abrazo.
- Pensando bien -dice Valentina de nuevo-, no en todos los exámenes me saqué veinte, en uno me saqué dieciocho.
- Igual es gran logro, hija linda.
- Papá, yo tampoco me saqué cero en todos los exámenes -dice Julito-.
- Qué bueno hijo, sabía que no todo era malo.
- Sí, en uno la profesora me puso signo de interrogación.


domingo, 29 de marzo de 2015

Una sorpresa: ¡Julito ya escribe!

(La fecha de este post es 29 de agosto. Lo tengo en borrador desde entonces y recién lo publico)

El frío limeño hace estragos en la salud de mis hijos, sobre todo en la de Valentina, y este fin de semana largo hicimos una visita corta a la unidad de urgencias de un hospital: Vale tenía principios de neumonía. Así, fuimos obligados a estar en la casa.

Vale decidió 'armar' una casita en su habitación: una mesa pequeña cubierta con la cortina por un lado y con una sábana por otro. Adentro estaba ella con dos cojines, un libro y una linterna. Mejor dicho, adentro estábamos ella y yo con dos cojines, dos libros y una linterna. Allí leíamos. Sin embargo, pronto Julito también quiso entrar a la casita, pero no venía solo, sino con un dinosaurio de plástico que además de rugir, movía la linterna y no dejaba leer. Valentina resolvió desalojarlo, Julito se negó: acabó en pelea. Yo apoyaba a Vale, jeje, pero mis obligaciones de papá me imponían una solución negociada:

- Hijita -le dije al oído-, espérame un rato, voy a llevar a Julito a otro lado.
- Julito -le hablé al oído-, vamos a dibujar un dinosaurio más grande.

Y así conseguí sacar a Julio de la casita. El problema es que no pude volver tan pronto porque el pequeñuelo decidió que yo tenía que estar mirando todo el proceso de dibujo del dinosaurio. Vale seguía leyendo con la linterna y yo, fingiendo mirar el dibujo, también  seguía leyendo mi libro (el tomo II de las Tradiciones Peruanas, para más señas). De repente veo el cuaderno de mi hijo y en una hoja en blanco decía "Julito". No presté atención, Valentina escribe todo el tiempo el nombre de su hermano, pero inmediatamente el niño comenzó a escribir "MAMA". Me quedé de piedra. Llamé a Eve alarmado, vino corriendo, "qué pasa". Le hago shhh con el dedo y le señalo a Julito. Ahora escribía PAPA. Eve quedó lela. Salgo disparado a buscar algo con qué filmar esto. Cuando comencé ya había escrito ABU y finalmente, TITA. Luego pasó a otra hoja, eso ya está en el video:



JULITO
MAM
PAPA
ABU
TITA



Tarea


El último domingo Valentina estaba haciendo los deberes escolares. Eran casi las siete de la noche. Al final, la última tarea del libro era la siguiente: lee la biografía de un científico y pega su foto.

Le alcancé un pequeño libro de biografías que yo leía repetidamente cuando niño, que me gusta mucho, y le dije que Albert Einstein fue un gran científico. Se interesó en él y se puso a leer.

Mientras tanto, yo buscaba en láminas una foto de Einstein que pudiéramos pegar en el libro de tareas. En esas estaba cuando Valentina terminó de leer y escribir su resumen.

- Papá, pero no tengo una foto para pegar, y acá dice "pega una foto".
- Lo siento, hija. Creo que deberás dibujarlo.
- Pero dice "pegar", no "dibujar".
- Es domingo en la noche, hija, ¿dónde voy a conseguir una foto de Einstein?
- Es verdad. Lo dibujaré.

Y buscamos en la internet una imagen de modelo:




Cinco minutos después la tarea estaba lista:




Al día siguiente le pregunté qué le dijo la profesora.

- ¡Muy bien, Valentina!



jueves, 12 de febrero de 2015

Santa y Plaza Vea

Algunas veces Julito me sorprende con sus ocurrencias. Esta es la última, ocurrida la semana pasada:

- Papá -me pregunta-, ¿Santa trae los juguetes en Navidad?
- Sí, hijito, él los trae -le contesto, algo extrañado de que pregunte eso en febrero-.
- Pero hay algo que no entiendo...
- A ver...
- Cuando me fui a dormir no había regalos y cuando desperté ahí estaban. Quiere decir que Santa vino de noche y los puso ahí.
- Correcto.
- ¡Pero el papel de regalo decía "Plaza Vea"! ¿Santa los compró en Plaza Vea?
¡Plop!