sábado, 31 de octubre de 2009

El peinado de Valentina



"Por favor, alcánzame un gancho".

OK. Aquí empieza todo. Valentina adora lucir los peinados que le hace su mamá. Trenzas de formas varias, colas, medias colas, con raya, sin raya, raya en zig-zag, etc. Y su mamá detesta el peinado que yo hago, una cola mal ajustada. A Vale no le importa, pero su mamá se indigna diciendo que no puedo hacerlo más feo aunque lo intentara. Por eso, cuando hay que peinar a Valentina, prefiero dejarle el trabajo a ella.

Sin embargo, eso no significa que no ayude. Ayer me pidió que le alcanzara un gancho. Y como ya sé los requisitos de tal pedido, allá voy, en busca del gancho ideal para el peinado en curso.

A ver, hay dos cajas de metal con ganchos. ¿Cuál quieres, Eve?

- Hay uno blanco...

Ajá, blanco. Vale no se queda quieta mucho tiempo, debo ser rápido, un gancho blanco es fácil de encontrar. Pero en las latas de marras la cosa se complica porque, en blanco, hay ganchos de metal, de plástico, con pompón, con adornos de plástico, de cerámica y de tela, sin adornos, de presión, con seguro, de a pares e individuales.... si pregunto cuál de todos se enoja Eve porque Vale no se queda quieta mucho tiempo... Atino a mirar el atuendo de Vale para ver más o menos por el color cuál queda mejor, pero nada, viste de blanco y negro y los ganchitos de eme son inclasificables por el color. Agarro uno al azar ya resignado y se lo alcanzo.

- ¡Ese es un colette!

Eve suelta el peinado a medio armar y viene a buscar el gancho por sí misma. El peinado debe rehacerse, de modo que soy un inútil espectador, pero Vale ya se cansó, ya no está quieta, de modo que Eve decide algo más sencillo: usó una vincha.



(Post escrito el 4 de mayo de 2009)

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